Bienvenidos, amigos criticones

Lo peor que puede ocurrir en un barco es que se rompa el timón. Pero no vamos a permitir que eso suceda... sin quejarnos primero. Por eso, vamos a estar con la atención alerta y preparados para criticar.

jueves, 25 de septiembre de 2008

¿Crisis, qué crisis?

Se reía en otro tiempo, el actual Presidente del Gobierno, con aquella famosa frase de José María Aznar: "España va bien". Era motivo de mofa decían y pasarían las veladas nocturnas colocándose el dedo índice sobre la boca a modo debigote e imitando al entonces lider del PP. Buenos ratos debieron pasar entre vinos, carcajadas y guiños elocuentes. Pero transcurrió el tiempo y llegó el momento en el que tocaban a su fin las burlas y comenzaba el dilema de las decisiones. Pasó el tiempo para todos: para los que tenían un puesto de trabajo, para los que votaron por primera vez tras años de indecisión después del 11- M y para los grandes constructores. Para todos pasaron las horas excepto para tres personas. Al vicepresidente de economía, Pedro Solbes, al Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y a aquel pobre iluso que debe estar escribiendo los discrusos de ambos políticos, se les paró el reloj. Y ayer ocurrió lo predecible.
De un lado, Solbes, con gesto cansado, mirada de profesor aburrido por las insolencias de los alumnos y voz lenta, en el Parlamento; del otro, Zapatero, con su sonrisa optimista, las cejas 'pinochas' que se curvan más al ritmo que crecen sus mentiras, en una reunión de empresarios en EE. UU. El responsable de economía hizo de su capa un sayo y sin temor alguno, como una bofetada a la memoría, clamó en las Cortes que 'nunca había negado la crisis'. ZP, rodeado de magantes americanos de segunda división declaró que la estructura financiera de España es una de las más sólidas del mundo y que la renta per cápita de los españoles superaría en menos de dos años a la de los franceses.
¿Qué hicieron los empresarios y los diputados? Lo mismo que haría cualquiera en su casa: reír, reír sin miedo. Y es que creo que ellos entendieron algo que yo vislumbré con retraso. Sabios como son ambos, pero faltos de talento para la política, supongo que decidieron prepararse el camino para dedicarse al humor, cuando la crisis les deje sin trabajo.